Ante la ingobernabilidad, inseguridad, crisis económica, desempleo, falta de obra pública y denuncias contra funcionarios, el 66.2 por ciento de los ciudadanos chetumaleños desaprueba el desempeño del alcalde de Othón P. Blanco, Otoniel Segovia Martínez, pues tiene a Chetumal hundido en la ingobernabilidad y sus políticas han comenzado a afectar la economía de la capital del estado.
Desde que asumió el cargo en marzo del 2019, tras la muerte del presidente Hernán Pastrana, que ganó la elección por el partido de Morena, Otoniel ha provocado afectaciones al gobierno municipal.
Segovia Martínez es el segundo peor presidente municipal del país por su desempeño, según reveló el Tercer Ranking Nacional de Alcaldes, consulta encargada por Campañas y Elecciones México (C&E) a la consultora Varela y Asociados. La encuesta tuvo como finalidad evaluar el trabajo y fama de la autoridad más cercana a la sociedad, entre las que se considera las 55 ciudades más importantes de México por índice poblacional y manejo de recursos económicos.
La polémica gestión y las malas decisiones de Otoniel, le han valido incluso críticas de sus propios compañeros del partido Morena que se han opuesto al incremento de impuestos y pagos por la recolección de basura, derecho de saneamiento ambiental y otros casos. El cinco de febrero, Consulta Mitofsky publicó que la aceptación de AMLO en Quintana Roo se desplomó 10 puntos porcentuales; esto ha sido provocado por la mala gestión de alcaldes morenistas como Segovia y la polémica Laura Beristain, de Solidaridad.
Por si fuera poco, Otoniel Segovia ha sido balconeado a nivel nacional por su torpeza, desde pintar una raya de paso peatonal en forma incorrecta hasta la forma despectiva de tratar a la ciudadanía. Sus funcionarios tampoco le ayudan mucho, puesto que han cometido irregularidades que dejan mal al ayuntamiento morenista. En enero de este año, el mismo presidente municipal confirmó la suspensión del Oficial Mayor, el Director de Recursos Humanos y el Director de Servicios Públicos Municipales, quienes fue acusados de nepotismo. Pudiera describir todos los problemas que existen en el municipio en mención, que son muchos, pero en realidad lo antes dicho es prueba de que nuestra opinión no es con dolo o mala fe contra las autoridades municipales, sino la verdad monda y lironda.
Lo que más ha enfurecido a los ciudadanos chetumaleños contra el ayuntamiento de Othón P. Blanco es la falta de seguridad en la ciudad de Chetumal, que lejos de ocupar al mando único de la Policía para detener a los delincuentes que hacen de la suyas en todo lugar y en todo momento, se le utiliza para amedrentar a ciudadanos que no le hacen daño a nadie.
Mención especial merece lo sucedido a los jóvenes del Albergue Estudiantil Felipe Carrillo Puerto A.C. que el pasado sábado siete de marzo del presente, se encontraban haciendo una actividad económica en los cruces de las avenidas Insurgentes y Benito Juárez de la ciudad capital, que consistía en que unos jóvenes ejecutaban bailes regionales en lo que el semáforo detenía el tráfico, mientras que otros, solicitaban el apoyo económico voluntario a los automovilistas. Está actividad la realizan cada ocho días con el objetivo de recaudar fondos para financiar los diferentes gastos de su albergue porque las autoridades de los tres niveles de gobierno, les han negado el apoyo para alimentación, transporte y pago de servicios.
Pues bien, los jóvenes hacían su actividad de manera ordinaria cuando policías fuertemente armados con rifles de asalto y pistolas calibre 9 mm, con todo su equipo táctico a bordo de patrullas con sirenas encendidas, arribaron al lugar por una supuesta llamada anónima al 911 donde pedían que desalojaran a los jóvenes por alterar el orden.
El comandante de tan “peligrosa misión”, Osiris de Jesús Ceballos Díaz, sin más, “invito” a los jóvenes a que se quitaran del lugar porque ponían en peligro la integridad física de los automovilistas, tan “amable” invitación fue acompañada de daño psicológicos a los jóvenes menores de edad y el sometimiento del “peligroso” tenor y maestro de canto Manuel Chagoyan Flores y el joven Juan Carlos Poot Contreras, encargado de la comunicación social de los albergues, que “armados” con la poderosa fuerza de su voz, le argumentaban a los policías que ellos no hacían nada malo, que solo realizaban arte como una actividad económica para el sostén de los albergues estudiantiles.
Ningún argumento sirvió a los señores “oficiales” quienes presumiendo de su aprendizaje de las artes marciales y defensa personal contra los “malos” sin más, aplican una llave llamada “estrangulación desnuda” o “mata leones” a uno de los jóvenes mientras al otro, lo tiran al suelo entre varios elementos, le doblan las manos hacia atrás, le ponen la bota en el cuello, mientras que un elemento más pone su rodilla en la humanidad del joven.
¿Cuál es el delito de los jóvenes? ¿Porque esa total violación de los derechos humanos de estos muchachos? ¿Porque los tratan como peligrosos delincuentes? Estas y más preguntas debiera responder el señor presidente municipal Otoniel Segovia Martínez, quien es señalado por los jóvenes y los mismos policías de ordenar la agresión.
La sociedad chetumaleña está indignada por el abuso excesivo de la fuerza pública contra personas que no le hacen daño a nadie. Me es grato saber que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Quintana Roo (CDHEQROO) inició una investigación de oficio por la brutalidad con la que los agentes de la policía municipal de Othón P. Blanco agredieron a los jóvenes del Albergue Estudiantil Felipe Carrillo Puerto y esperamos que le hagan justicia lo antes posible.
A los jóvenes, quiero decirles que no están solos, que organizaciones como el Movimiento Antorchista que es una fuerza nacional, la FNERRR y otras, los apoyamos y estamos pendientes de su llamado. Demás está mencionar el conocido apoyo de la sociedad en general hacia estos jóvenes, así lo demostraron en las redes sociales.
Finalmente, quiero hacer un llamado a las autoridades del Gobierno del Estado de Quintana Roo, para que este problema lo atienda y lo resuelvan las autoridades estatales competentes, toda vez que el ayuntamiento municipal no quiere o no puede resolver las demandas de los estudiantes en mención. Si los estudiantes colectan o hacen actividades económicas es precisamente porque no tienen apoyo de las autoridades. Otoniel Segovia debiera atender esta deficiencia en vez de mandar golpear a los jóvenes humildes. Vale.
