- Emilio Gamboa Patrón, uno de los más claros ejemplos de la imagen del priismo retrógrada, corrupto, caciquil y arbitrario del que tanto quiere su alto mando desprenderse, volvió a repetir la “hazaña” de Isla Alacranes (Yucatán, octubre 2016) al aterrizar de nuevo su helicóptero en donde, simplemente, se le inflamaron las gónadas.
En puerta las elecciones federales más complicadas de la historia para su partido, al caprichoso senador yucateco en nada parece importarle el grado de impopularidad del que goza su presidente Enrique Peña Nieto (el peor y más bajo de todos los tiempos), ni tampoco los esfuerzos de su dirigencia nacional por tratar de ganar unos puntos de simpatía popular obsequiando sus millonarias prerrogativas a los damnificados del sismo.
No. A Emilio Gamboa nada de eso le quita el sueño pues, total, con décadas mamando de la política ya tiene su vida resuelta y, por lo menos, de dos o tres de sus generaciones. Así que quizá el hecho de que su partido pierda el próximo año lo tiene sin cuidado, pues la enorme fortuna que ha amasado ya le puede permitir retirarse sin preocupaciones.
No se entiende de otro modo su vergonzoso descuido, o su ofensivo descaro, al interrumpir el Campeonato Mundial de Tiro con Arco, evento histórico realizado en el Campo Militar Marte de la Ciudad de México, al aterrizar en medio del engramado un helicóptero (¡y para colmo oficial, de la Fuerza Aérea Mexicana!) que lo recogería para llevarlo... ¡a jugar golf!
De ese tamaño el abuso. De esa dimensión la impunidad. De ese grado la desfachatez y la indiferencia hacia una sociedad harta de políticos parásitos como él, que sin dos dedos de sensibilidad en la frente siguen privilegiándose con recursos públicos y bienes del Estado para cosas superfluas, como en este caso un partido de golf.
¿No tendrá vehículos propios y suficientes Gamboa Patrón como para trasladarse por sus medios al frívolo juego?
¿No le alcanzará la fortuna que tiene para rentar un helicóptero privado en caso de que, como se percibe, quería llegar rápido y con estilo?
¿No merecen estar mejor esas aeronaves de la FAM apoyando en las tareas de rescate y reconstrucción en las depauperadas comunidades de Chiapas y Oaxaca, en vez de estar al servicio de un senador comodino, insensible y sinvergüenza?
En el PRI nacional deben estar preocupados por la nueva “hazaña” aérea de Emilio Gamboa, hecha pública hoy por los medios nacionales, pues el horno electoral no está para bollos y este golpe mediático en nada abona a los agónicos esfuerzos de supervivencia.
El año pasado, para un paseo dominical con sus cuates en yate, voló y aterrizó en un helicóptero sobre el Parque Nacional Arrecifal de Isla Alacranes, en las costas de Yucatán, porque al senador se le hizo largo el trayecto por mar (dos horas) para llegar a su barco anclado en la ínsula. Los daños al arrecife y otras embarcaciones fueron cuantiosos, pero no pasó de una multa de la Profepa al piloto, quien cabe decir, sólo recibió órdenes.
Ahora, ayer domingo también, el frívolo político interrumpió el torneo de arquería en el que participaban exponentes y campeones de varias partes del mundo en el Campo Marte, al aterrizar un helicóptero para trasladarlo a su partido de golf.
Lo dicho: Con esos amigos, ¿para qué quiere enemigos el PRI